jueves, 20 de enero de 2011

14 - Nadeces

   Me llamaba la atención un detalle. Medía alrededor de 5 cm. No podría decir con seguridad si tenía forma de angelito, o si se parecía más a algún otro bicho gordo y alado, como un sapo volador pequeño. Puedo decirles que fue revoloteando por distintos lugares de mi pared, como una mancha de humedad que no encuentra su lugar, o una polilla indecisa. Aunque, siendo fiel a la realidad, jamás lo vi moverse. Solo aparecía en un lugar, y al rato en otro, detenido.
   Catalino va tirando. Al parecer el cambio de atmósfera le produjo un resfrío, y está desde hace un par de días tiritando en su piecita.
   Decidí atarle un hilo finito, una tanza casi invisible embebida con tinta china.
   El otro día me pidió un diario. Le dije que no llegaban noticias del mundo de los enanos, seguramente estaba todo el país demasiado convulsionado con la aplicación de la ley de lampiñez forzosa como para ocuparse de enviar diarios al extranjero.
   La primera figura que se formó en mi pared fue un elefante pequeño, después un topo y un pequeño erizo.
  Y que se yo, así, tirando.

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