lunes, 20 de diciembre de 2010

04 - Interludio. Los fantasmas

   Los fantasmas ven a la gente desnuda, pero no a nivel corporal, sino que la atraviesan y se roban alguna idea de la parte de atrás de la cabeza.
   El recorrido que hacen es siempre el mismo. Se acercan a la persona por la espalda, sustraen la imagen terrorífica del hipotálamo o del tronco cerebral, salen por la nariz, y se materializan frente a los ojos. Es por eso que los fantasmas asustan.
   Por supuesto, no hacen esto a propósito. Es parte de su naturaleza: no se puede culpar a los leones por comer gacelas, ni a los fantasmas por robar imágenes terroríficas. No hay modo seguro de evitar a un fantasma, siempre se acerca por la espalda.
   Hay una segunda particularidad. No tienen ojos, sino que roban las miradas de aquellos a los que atraviesan. A los fantasmas les encantaría poder ver, pero sólo les es dado robar.
  Dicen que una vez hubo un fantasma con ojos. Se metió por la nuca de una persona, y al materializarse vio su propia imagen en el fondo de la pupila aterrorizada que reflejaba su pupila.
   Ese fantasma no pudo seguir existiendo, pero como a los fantasmas no les es dado morir, muchos especulan que mutiló la parte de su ser que lo obliga a salir por la nariz de la persona, y se detuvo en la parte de atrás de la cabeza de algún individuo especialmente atormentado. Otros proponen que estalló en mil pedazos, y que cada uno de ellos fue a parar al fondo de la cabeza de algún artista. Personalmente, creo que todo es un cuento de viejas.

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