miércoles, 23 de febrero de 2011

19 - Un cohete al espacio exterior

Finalmente me cansé, y me vi en la obligación moral de subir a una nave espacial, tomarme un cohete a la luna, una sonda interestelar. Y desde las plumas verdes del ocaso avistar chinchillas sin aspirar a convertirlas en abrigos de piel.

Imagen de una chinchilla

Desde un poco más de distancia, todos se ven como enanos. Pero no se llega a escuchar su canto, más peligroso que el de las sirenas. Es que una cosa es morirse y otra no querer vivir. La segunda más jodida que la primera, la primera más habitual e irremediable que la segunda.

La nave viaja a velocidades cercanas a la de la luz, y la luz es demasiado maleducada como para saludar, o al menos tocar bocina cuando pasa. Claramente peor para el sol, pero no un sol sabinesco, sino el de rizos dorados que no destiñe en Mc Donalds y seguramente desconoce las frenys.

El pasaje de los cielos celestes hacia el negro y las estrellas.

4 comentarios:

  1. quiso volar, igualque las gaviotas... SALUDAME A CATALINO DE MI PARTE, EL OTRO FRANCISCO (EL GABILÁN, NO EL DE SUAR-KA)

    ResponderEliminar
  2. Hola ave de presa, catalino esta en un momento complejo, pero le hago saber

    ResponderEliminar
  3. y locura? estoy abrazado al cielo razo en la espera del proximo divague..., dale pol, media pila y a escribir!!!!! (el otro [SI, OTRO, NO ORTO]FRANCISCO)

    ResponderEliminar
  4. Me gustó el divague. En mi opinión habría estado bueno que te dejaras llevar aún más por ese cohete. Creo que te habría llevado a lugares que a vos mismo te sorprenderían.
    Como dijo Anónimo, media pila y a seguir escribiendo.

    ResponderEliminar