lunes, 7 de noviembre de 2011

Contundente (o el arte de decir nada)

Escribir utilizando referencias oscuras y alegorías sutiles es un oficio que requiere entrenamiento en el arte de la redacción en un espacio mayor de tres párrafos. Puesto que espero sin que haya ningún acuerdo siquiera tácito de encuentro, simplemente voy a determinar ciertas concordancias, indicar direcciones posibles o tratar de clarificar coordenadas confusas. Es que en afán de complejizar, muchas veces multiplicar las definiciones produce precisiones multívocas que maldisponen al lector más accesible.
Delimitando entonces, ciertos ordenamientos atmosféricos me indican que me voy a morir de calor en los próximos meses, que en un altillo se está más cerca del sol, y que las fantasías diurnas o nocturnas se comban con la exposición a temperaturas elevadas. Este parlamento no es ocioso, sino que orienta a la búsqueda de soluciones no tan zumbonas.
Que cosa esta de no decir nada para huirle al sueño, que siempre es mejor presente que ausente, aunque creo que diferenciar el acto del anhelo no lo hace menos prescindible que una caja de fósforos comprada en un supermercado chino, y eso es poco decir.
En fin, para quien sepa leer en los intersticios, esto es todo un contundente manifiesto, para quien no, procure entretenerse en las palabras que fueron escogidas más por su asonancia que por su sentido.

1 comentario:

  1. en la cacofonía del sr prematuro se augura rla trascendecia del efecto fecal, sin embargo el hemiciclo occipital parafrasea el todo de un eunuco: en síntesis, patafísica aplicada.
    (el otro francisco)

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